Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Una historia para cada día...

Nuestra Senora de La Salette

Excelencia de la devoción a Nuestra Señora de los Siete Dolores.

El Padre Roviglione, de la Compañía de Jesús, cuenta que un joven tenía la devoción de visitar cada día una imagen de María, Madre de los Dolores, cuyo Corazón estaba atravesado por siete espadas. Una noche tuvo la desgracia de caer en pecado mortal, y cuando por la mañana fue a visitar la santa imagen, se encontró con que había ocho espadas en lugar de siete. Mientras estaba ocupado mirando este prodigio, oyó una voz que le decía que era su pecado el que había añadido esta octava espada al Corazón de María. En ese mismo momento, conmovido y lleno de arrepentimiento, se confesó y recuperó la gracia de Dios por la intercesión de su poderoso Abogado.

(San Alfonso de Ligorio)

Otras historias...

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.