Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Una historia para cada día...

Nuestra Señora del Purgatorio

Las almas del purgatorio tienen el poder de obtener favores para nosotros

Un ferviente cristiano de París, muy celoso del socorro de los fieles difuntos, trabajaba por la conversión de un anciano que estaba peligrosamente enfermo; había agotado todas sus exhortaciones y oraciones para instarle a arreglar los asuntos de su conciencia y a recibir los sacramentos de la Iglesia. Se le ocurrió interesar a las almas del purgatorio en la salvación de este moribundo endurecido. Se comprometió a hacer rezar un cierto número de misas por la liberación del alma más desatendida, con la condición de que ésta, a su vez, se encargara de obtener para el enfermo la gracia del arrepentimiento. El mismo día, este pobre pecador, que estaba tan cerca de perderse eternamente, pidió ver a un sacerdote; cumplió los deberes de un buen cristiano; y, poco después, murió en la más sincera penitencia.

Otras historias...

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.