Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Una historia para cada día...

Niño Jesús, ¡Te amo con todo mi corazón!

El banquero irreligioso.

Un rico banquero quebró. Tres clientes que le habían confiado su capital, se reunieron poco después y hablaron de su desgracia. Me ha estafado –dijo uno de ellos– 80.000 francos. – Yo», dijo el segundo, «es peor: he perdido 100.000. ¿Y qué hay de ti? – Yo», contestó el tercero, «sólo estoy por 10 francos. – ¿Cómo lo has hecho –exclamaron los otros dos, asombrados–, tú que siempre habías depositado sumas tan considerables en este banco? – Retiré mis depósitos a tiempo. Los otros dos quisieron saber el motivo de esta retirada, y tuvieron la siguiente respuesta: «Un día leí en un periódico que nuestro banquero había pronunciado un discurso en el que se había burlado de Dios, de la fe y de la Iglesia. Llegué a la conclusión de que mi dinero no estaba seguro con un hombre así, pues esa gente es capaz de cualquier cosa; y retiré mi dinero.»

No se puede confiar en la gente sin religión.

Otras historias...

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.