Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Novena a la Virgen de Fátima

Nuestra Señora de Fátima

Comienza el 4 de mayo. – Se puede hacer del 4 al 12 de cada mes.

Lucía, Francisco y Jacinta eran pastorcitos cuyas vidas transcurrían tranquilamente en la aldea de Fátima, en Portugal. Tenían 10, 9 y 7 años. Todas las mañanas salían juntos a pastorear sus ovejas.

En 1917, durante la Primera Guerra Mundial, la Santísima Virgen María Se les apareció seis veces, del 13 de mayo al 13 de octubre. Como había prometido realizar un gran milagro para demostrar que era la Madre de Dios, 70.000 personas se reunieron en Fátima el 13 de octubre. Ese día llovió a mares, y la multitud perseveró en la oración y la espera a pesar del barro, la lluvia y el frío.

En cuanto llegó la Virgen, Lucía pidió a todos que cerraran los paraguas. La lluvia cesó inmediatamente y toda la ropa de los espectadores estaba al instante seca y limpia.

Entonces Lucía gritó: «¡Miren el sol!» Comenzó a saltar por el cielo, cambiando constantemente de color y dibujando círculos gigantescos. Los testigos compararon los movimientos del sol con los de una danza. Durante varios minutos, que parecieron interminables pues la gente estaba muy asustada, el sol rodó sobre sí mismo y parecía descender sobre la multitud. De repente, la poderosa estrella retomó su posición en el cielo. Dios quiso mostrar Su poder y el de Su Madre: todos los elementos de la naturaleza son como un juguete en Sus manos. El milagro fue tan extraordinario que muchos incrédulos que habían acudido a burlarse del pueblo se convirtieron inmediatamente.

En cada aparición, la Virgen pedía a los niños «Oración y Penitencia», asegurando que si el mundo se convertía y volvía a Dios, cesaría la guerra y volvería la paz para felicidad de todos los pueblos. Exhortó a rezar diariamente el Rosario.

Hoy, las palabras de la Virgen son más pertinentes que nunca. Esta novena es una forma de responder a las peticiones de Nuestra Señora del Rosario de Fátima. Durante estos nueve días, añadamos a las oraciones prescritas uno o varios sacrificios que nos resulten especialmente costosos. La Virgen dijo a los niños de Fátima:

«Sacrifíquense por los pecadores y digan a menudo, pero sobre todo haciendo algunos sacrificios:

Oh Jesús, es por Vuestro amor, por la conversión de los pecadores y en reparación de las ofensas hechas al Corazón Inmaculado de María.»

Oraciones diarias de la novena

Reina del Rosario, dulce Virgen de Fátima, Os habéis dignado aparecer en la tierra de Portugal, para revelar los tesoros de gracias escondidos en el rezo del Rosario. Poned en nuestros corazones un amor sincero y ferviente al practicar esta devoción.

Vos habéis traído la paz, tanto interior como exterior, a este país de Portugal, tan atribulado en aquel momento; Os pedimos que veléis por nuestro querido país, afligido por tantos males. Pedid a Jesús, Vuestro Hijo, que resucite a las almas a la vida de la gracia. Suplicadle que intervenga de una vez por la salvación de nuestro pobre mundo, y que renueve la faz de la tierra.

Llevad la paz a todas las naciones del mundo, para que nosotros, Vuestros hijos, vivamos como hermanos y verdaderos hijos de Dios.

Os pedimos durante esta novena que aumentéis en nosotros el amor a Dios, para que no Le ofendamos más y Le sirvamos dignamente. Os pedimos la conversión de los pecadores del mundo entero y la salvación eterna para todos los que van a morir. Amén.

Oraciones enseñadas por el Ángel de Fátima (a recitar con frecuencia)

¡Dios mío, creo, amo, espero y Os amo! Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan, no os aman. – Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Os adoro profundamente y Os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que Él mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón y del Inmaculado Corazón de María, Os pido la conversión de los pobres pecadores.

Recemos un rosario en honor de nuestra Reina y Madre que nos lo pidió en Fátima, en Lourdes, en Ile Bouchard, en San Jovite, en Ormstown, en Garabandal, en Pointe-Noire y en tantos otros lugares.

Método para rezar el rosario

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Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.