Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Oración a Cristo Misericordioso

Oración a Cristo Misericordioso

Jesús Misericordioso, en Vos confío.
Oh Corazón misericordioso de Jesús, Luz del mundo, Consuelo de las almas, creemos en Vos, venimos a Vuestro Corazón. Que Vuestra infinita Misericordia se desborde sobre nuestras almas, que un diluvio de amor y de gracias bañe nuestras almas y las transfigure haciéndolas partícipes de Vuestra vida! Oh Cristo misericordioso, que nos llenemos de alegría, fortalecidos por Vuestras promesas de la Resurrección, y que contemos incesantemente con Vuestro divino perdón, con el milagro de Vuestra divina misericordia hacia nosotros y hacia el género humano! Oh Jesús, posee nuestros corazones. Vos que sois la Vida eterna y la Misericordia infinita, dignáos de renovar nuestras vidas y que las llamas de amor de Vuestro Corazón Misericordioso nos consuman y nos hagan arder en el amor por Vos y por todos nuestros hermanos y hermanas. ¡Oh Dios, soberana Misericordia, creemos en Vos, esperamos en Vos, tened piedad de nosotros! Confiamos en Vos!
Jesús Misericordia

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En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.