Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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La Ascensión de Jesús al Cielo

Texto extraído de: Jesucristo, Su Vida, Su Pasión, Su Triunfo, por el Padre Auguste Berthe, cssr
(Evangelio, San Marcos 16:19-20; San Lucas 24:49-53; Hechos 1)

historia0430-¿Sin pecado? – ¡Una excepción!

Jesucristo llama a la puerta de nuestro corazón.

Como el hombre es una criatura débil en cuerpo y alma, nadie puede, sin carecer de razón y sentido común, creerse libre de pecado. Sólo la Madre de Dios fue preservada de toda mancha por un privilegio especial. Todo hombre es un pecador. Aquellos que dicen estar libres de culpa son a menudo los mayores pecadores.

historia0425-Napoleón y Pío VII.

Jesucristo llama a la puerta de nuestro corazón.

Un católico que observe estos maravillosos acontecimientos se verá llevado a pensar seriamente en la acción de la Divina Providencia para la protección de la Iglesia, mientras que un enemigo del catolicismo se negará a ver en ellos más que una casualidad.

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.