Gran defensor del pueblo cristiano, San Miguel Arcángel, para
cumplir dignamente la misión que se te ha confiado de defender
a la Iglesia, dígnate abatir la herejía, exterminar los cismas y
confundir la incredulidad.
Multiplica tus victorias sobre los monstruos infernales que quieren
destruir nuestra Fe.
Que la Iglesia de Jesucristo acoja a nuevos fieles y reúna reinos
enteros para que pueble el cielo con almas escogidas, para
mayor gloria del divino Redentor, a quien tú mismo debes tus
triunfos, tus méritos y tu felicidad eterna.
San Miguel Arcángel, fiel servidor de Dios, humilde y leal a tu
Creador, te levantaste y luchaste contra Lucifer, el rebelde, el
soberbio. Sé mi apoyo y mi fuerza en la lucha contra el mal.
Enséñame a alabar, a amar y a servir al Señor, nuestro Dios, con
humildad, confianza, fidelidad y amor. Amén
Confiando en la intercesión de Vuestro bendito Arcángel Miguel,
Os ruego, Señor, que me concedáis la gracia de amaros por
encima de todo y de serviros con gracia y verdad.
San Miguel Arcángel,
Con tu luz, ilumínanos.
Con tus alas, protégenos.
Con tu espada, defiéndenos.