Oh, tú que eres el Príncipe y Portaestandarte de los ángeles
buenos, ayúdame siempre con tu bondad y sálvame.
De las legiones del ángel de las tinieblas presérvame, para que
bajo tu guía pueda compartir la luz de los ángeles buenos.
Ante el trono del Juez Supremo, sé mi defensor, defiende mi
causa y aleja la ira del justo vengador.
Por ti, que mi trabajo, mi descanso, mis días y mis noches tengan
prosperidad; que mi mente esté siempre dispuesta para las obras
de Dios.
San Miguel Arcángel, Ángel de la Paz, en la batalla del cielo has
reunido a los ángeles fieles para derrotar a Satanás y alabar a Dios
con alegría y paz; te pido especialmente que intercedas por el
reino de la paz en los corazones, las familias, la Iglesia, las
naciones y el mundo. Que venga el Reino de paz y amor de Cristo
nuestro Salvador. Amén.
Confiando en la intercesión de Vuestro bendito Arcángel Miguel,
Os ruego, Señor, que me concedáis la gracia de amaros por
encima de todo y de serviros con gracia y verdad.
San Miguel Arcángel,
Con tu luz, ilumínanos.
Con tus alas, protégenos.
Con tu espada, defiéndenos.