San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, para que no
perezcamos en el día del temido juicio.
Glorioso Príncipe, acuérdate de nosotros y ruega al Hijo de Dios por
nosotros en todas partes y siempre.
Cuando luchabas contra el dragón, se oyó desde el cielo la voz de
los que decían: «¡Salve, honor y gloria a Dios Todopoderoso!». El mar
se levantó y la tierra tembló cuando bajaste del cielo. Acude en
ayuda del pueblo de Dios.
San Miguel Arcángel, nuestro apoyo en la lucha contra el mal, ve la
feroz y continua batalla que las fuerzas del mal libran contra los hijos
de Dios. Te ruego que intercedas por nosotros, que apoyes a los
despreciados, a los rechazados, a los perseguidos, para que
permanezcan fieles al Señor. Obtén para ellos, obtén para nosotros,
valor, confianza, perseverancia. Amén.
Confiando en la intercesión de Vuestro bendito Arcángel Miguel, Os
ruego, Señor, que me concedáis la gracia de amaros por encima de
todo y de serviros con gracia y verdad.
San Miguel Arcángel,
Con tu luz, ilumínanos.
Con tus alas, protégenos.
Con tu espada, defiéndenos.