Arcángel San Miguel, cuya misión es recoger nuestras oraciones,
dirigir nuestras batallas y pesar nuestras almas, rindo homenaje a
tu belleza.
Es tan similar a la de Dios, que después de Su Verbo eterno
ningún otro Espíritu celestial puede compararse a ti.
Tu voluntad se une armoniosamente a la del Corazón Inmaculado
de María, para el bien del hombre.
Defiéndeme contra los enemigos de mi alma y mi cuerpo. Hazme
sentir el consuelo de tu asistencia invisible y los efectos de tu
ternura vigilante.
San Miguel Arcángel, cuya oración conduce al bien, ve nuestra
oración como algo humano y comprensible cuando nos quitan a
un ser querido. Tú eres nuestro intercesor ante Dios, reza
intensamente por el descanso de las almas de nuestros queridos
difuntos y por el consuelo de los que los lloran. Que el Dios de la
Misericordia los reciba en la felicidad de la vida eterna. Amén.
Confiando en la intercesión de Vuestro bendito Arcángel Miguel,
Os ruego, Señor, que me concedáis la gracia de amaros por
encima de todo y de serviros con gracia y verdad.
San Miguel Arcángel,
Con tu luz, ilumínanos.
Con tus alas, protégenos.
Con tu espada, defiéndenos.