«Hoy, tráeme a los paganos y a los que aún no Me conocen. Yo también pensé en
ellos durante Mi dolorosa Pasión, y su futuro celo consoló Mi Corazón.
Sumérgelos en la inmensidad de Mi Misericordia».
Compasivísimo Jesús, que sois la luz del mundo, acoged en la
morada de Vuestro Corazón compasivísimo a las almas de los pa-
ganos y de los que aún no Os conocen. Que los rayos de Vuestra
gracia las iluminen, para que también ellas glorifiquen con noso-
tros las maravillas de Vuestra Misericordia. Y no permitáis que
abandonen la morada de Vuestro Corazón compasivísimo.
Padre Eterno, lanzad una mirada de Misericordia sobre las almas
de los paganos y de todos aquellos que aún no Os conocen, pero
que están encerrados en el Corazón compasivísimo de Jesús.
Atraedlos a la luz del Evangelio. Ellos no saben cuán grande es la
alegría de amaros. Haced que también ellos glorifiquen la munifi-
cencia de Vuestra Misericordia por los siglos de los siglos. Amén.