La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.
En su exilio en Santa Elena, Napoleón, al volver a sí mismo, gustaba de discutir asuntos de filosofía y religión. El general Bertrand, uno de sus íntimos, era incrédulo y dijo una vez: «¿Dios? ¿Qué es Dios? Nunca lo has visto. – No lo habéis hecho –respondió Napoleón–, ni habéis visto mi inteligencia, y después de mis hazañas de armas y mis victorias, habéis hablado de mi genio. Y sin embargo, ¿qué son mis obras comparadas con las obras de la creación? ¿Cuáles son mis maniobras más brillantes comparadas con el movimiento de las estrellas? Si de las maravillas de la actividad humana concluyes a una alta inteligencia que no ves, ¿por qué no quieres deducir del magnífico espectáculo del universo a un Creador invisible?»
Qué cierta es la palabra del salmista: «Los cielos anuncian la gloria de Dios, y el firmamento la obra de sus manos». (Salmo 18:2)
Supongamos que un barco partiera de Trieste, atravesara el Estrecho de Gibraltar, doblara el Cabo de Hornos, cruzara el Océano Pacífico, pasara por Australia y las Indias, y regresara a Trieste por el Canal de Suez, y que alguien afirmara que el barco había realizado este viaje al capricho de los vientos. ¿Quién no consideraría esta afirmación un disparate? Todo el mundo admitirá que un piloto probado dirigió la nave. Lo mismo ocurre con la órbita de los astros, que ejecutan su revolución con precisión matemática: nunca podrá explicarse al margen de una Sabiduría infinita.
Del orden de la creación hay que concluir que existe un Ordenador Supremo.
LOCALIZACIÓN:
290 7e rang Mont-Tremblant QC J8E 1Y4
CP 4478 Mont-Tremblant QC J8E 1A1 Canada
(819) 688-5225
(819) 688-6548
Señal de la Cruz
En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.
Oración preparatoria
¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.
Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.
WordPress multillingüe con WPML