Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Domingo de Pascua – Jesús resuscita por Su propio poder

Jesús resucita glorioso
El Ángel les dijo: No os asustéis: buscáis a Jesús Nazareno, el crucificado; ha resucitado.

Introito

He resucitado, y aún estoy contigo, aleluya; pusiste sobre Mí Tu mano, aleluya: maravillosa se mostró Tu ciencia, aleluya, aleluya. — Salmo: Señor, Me probaste, y Me has conocido: has conocido Mi abatimiento y Mi resurrección.

Colecta

Oh Dios, que, vencida la muerte por Tu Hijo unigénito, nos has abierto hoy la puerta de la eternidad: nuestros votos que Tú previenes con Tu inspiración, prosíguelos también con Tu ayuda. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.

Epístola

Lección de la Epístola del Apóstol San Pablo a los Corintios (V, 7-8).

Hermanos, arrojad el viejo fermento, para que seáis nueva masa, ya que sois ázimos. Porque Cristo, nuestra Pascua, fué inmolado. Comamos, pues, no con vieja levadura, ni con levadura de malicia y de perversidad, sino con ázimos de sinceridad y de verdad.

Gradual

Este es el día que hizo el Señor: gocémonos y alegrémonos en Él. Alabad al Señor, porque es bueno; porque Su misericordia es eterna. Aleluya, aleluya. Cristo, nuestra Pascua, fué inmolado.

Secuencia

A la victima pascual alabanzas inmolen los cristianos.
El Cordero redimió a las ovejas: Cristo, inocente, reconcilió con el Padre a los pecadores.
La muerte y la vida lucharon en duelo sublime; muerto el Rey de la vida, reina vivo.
Dinos, tú, María: ¿qué viste en el camino?
El sepulcro de Cristo viviente: y la gloria vi del resurgente.
Los testigos angélicos, el sudario y los vestidos.
Resucitó Cristo, mi esperanza; precederá a los Suyos en Galilea.
Sabemos que Cristo ha resucitado realmente de entre los muertos; Tú, victorioso Rey, ten piedad de nosotros. Amén. Aleluya.

Evangelio

Continuación del Santo Evangelio según San Marcos (XVI, 1-7).

En aquel tiempo María Magdalena y María, madre de Santiago, y Salomé compraron aromas para ir a ungir a Jesús. Y muy de mañana, al día siguiente del sábado, fueron al monumento salido ya el sol. Y decían entre sí: ¿Quién nos separará la piedra de la puerta del sepulcro? Y, mirando, vieron separada la piedra, que era muy grande. Y, entrando en el sepulcro, vieron a un joven sentado a la derecha, vestido con traje blanco, y se asustaron. Pero él las dijo: No os asustéis: buscáis a Jesús Nazareno, el crucificado; ha resucitado, no está aquí, he ahí el sitio donde Le pusieron. Pero id, decid a Sus discípulos y a Pedro, que os precederá en Galilea; allí Le veréis, como os lo dijo.

Comunión

Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado, aleluya; comamos, pues, con ázimos de sinceridad y de verdad. Aleluya, aleluya, aleluya.

Poscomunión

Infúndenos, Señor, el espíritu de Tu caridad; para que a los que has saciado con los sacramentos pascuales, los unifiques en Tu piedad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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En todas nuestras necesidades, imploremos a nuestra buena Madre del Cielo, que obra prodigios de gracia cada día en el lugar bendito de Lourdes, donde nos manifiesta Su amor de manera especial.

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.