Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Una historia para cada día...

Nuestra Señora del Purgatorio

El perdón, un poderoso medio para aliviar las almas

Una buena viuda sólo tenía un hijo, que lamentablemente fue asesinado por su enemigo. El asesino, temiendo ser atrapado, se escondió; pero, aunque creía estar a salvo, su paradero fue sin embargo conocido, y no sólo la viuda sino el juez fueron informados. Los arqueros ya estaban en camino para atraparlo, cuando esta generosa mujer, sofocando todo sentimiento de venganza, le mandó decir que huyera lo antes posible. Y para facilitarle la tarea, le hizo entregarle dinero y el propio caballo de su hijo, al que había asesinado tan cruelmente. Después de esto, se puso a rezar por el alma de este querido hijo, cuya salvación era entonces todo lo que había en su corazón. Apenas comenzó su oración, se le apareció resplandeciente de gloria y le aseguró que, como premio a la caridad que acababa de ejercer, Dios le había librado prontamente de las llamas del purgatorio, al que estaba condenado desde hacía muchos años. Juzga por esto cuánto poder tiene un solo acto de caridad heroica con Dios, y cuán efectivo es para apaciguar su ira.

Otras historias...

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.