La Palabra Eterna, de rico Se convirtió en pobre.
Oh dulce Jesús, Verbo Eterno hecho carne, Os doy las gracias por haber abrazado la
pobreza con todas sus consecuencias por amor a los hombres. Bajáis del cielo para
descansar sobre un poco de paja. Vos cambiáis la compañía de los Ángeles por la de
dos animales. Vosotros que incendiáis a los Serafines, tembláis de frío. Vosotros que
sostenéis los cielos, hay que llevaros en brazos. Vosotros que dais el alimento a todo
lo que respira, un poco de leche es necesaria para sostener Vuestra vida. Vos, que
hacéis felices a los Santos, lloráis. Oh, Dios mío, dejad que Vuestros ejemplos me
prediquen. En ellos descubro la belleza de la verdadera pobreza, que consiste en
despreciar todo lo perecedero para saborear sólo lo eterno.
Oh pequeño Jesús, verdadero Pobre de Belén, quiero renunciar a todo para
encontraros. Despegad mi corazón de la tierra por todos los medios que juzguéis
buenos, pues quiero que seáis el único tesoro de mi alma aquí abajo. Jesús, Sabiduría
Eterna, sé verdaderamente mi Dios y mi Todo. Amén.
Invocación
Divino Niño Jesús, que para la salvación del mundo habéis querido nacer en un
establo y acostaros en un pesebre sobre un poco de paja: tened piedad de mí.
María y José, rogad al Niño Jesús por mí.
Gloria al Padre…