Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Para el Padre de la Cristiandad

Jesús funda Su iglesia en Pedro

Cediendo a las reclamaciones de los fieles, San Pedro huyó de la ciudad de Roma para escapar de la persecución. Se cruza en el camino con Jesús, llevando Su cruz. Pedro Le pregunta: «¿Adónde vas, Señor? – Voy a Roma para ser crucificado de nuevo,» dijo Jesús. Pedro comprendió y regresó a Roma, donde pronto murió, crucificado como su Maestro.

Para el Buen Pastor de la Iglesia

La pesca milagrosa

Fue sobre Pedro que Jesús fundó Su Iglesia. A él le confió las llaves de Su Reino, con el poder de atar y desatar. Fue a Pedro a quien Jesús le hizo esta solemne promesa: «Las puertas del infierno no prevalecerán contra Mi Iglesia».

Para pedir una buena muerte

Recitemos esta oración de San Alfonso de Ligorio, por nosotros mismos, por los que amamos y por todas las almas que van a morir hoy.

Para pedir la contriccion

Si amáramos a Dios, sentiríamos un dolor profundo al ofenderlo tanto. Pidamos esta gracia esencial para nuestra salvación.

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.