historia0817-El valor de la Hermana Rosalie
De su fe, de su amor a Dios y de su tierna devoción a la Santísima Virgen sacó la fuerza heroica que le hizo soportar todas las penalidades, y el valor sobrehumano que la hizo insensible al peligro.
historia0816-flores-ofrecidas-a-maria
La pobre mujer siguió el consejo de su hijo; pocos días después tenía trabajo en abundancia.
historia0815-Un viejo pecador curado y convertido por la Santísima Virgen
Su chófer pidió inmediatamente un contraveneno; pero mientras se preparaba, el sacerdote tocó el pulso del paciente y no encontró ninguno: una tez lívida, ojos turbios, todo anunciaba una muerte próxima.
historia0814-El prisionero liberado por María
Un maestro de escuela que, después de haber llevado la vida más abominable, fue llevado ante los tribunales y condenado a prisión y a pan y agua para el resto de su vida.
historia0813-El soldado, la Santísima Virgen y el huérfano
Después de un año, vino a ver a su querido hijo… El superior le dijo: «Llévaselo, está estropeando toda la casa; ¡no ha respondido a tus esperanzas!…»
historia0812-Virtud de las letanías de la Santísima Virgen
Curiosos, entraron en el santuario. Un coro cantó: «Santa María, ruega por nosotros»; el otro coro respondió: «Santa Madre de Dios, intercede por nosotros».
historia0811-La Santísima Virgen María guarda un hijo para su padre
Le pareció oír una voz misteriosa que le decía: «Cambia de sitio.» Dio dos pasos hacia adelante, inmediatamente cayó un proyectil, estalló y destrozó el cuerpo del soldado que le había sustituido…
historia0810-La confianza inquebrantable de un soldado
Lo único que veía eran bombas incendiarias, balas de cañón y proyectiles que oscurecían el cielo. La muerte estaba cosechando sus víctimas sin piedad. Para mí, mis pensamientos estaban totalmente en el Cielo y en María.
Novena a la Virgen de la Asunción
Novena a la Virgen de la Asunción por San Alfonso de Ligorio
historia0809-Las promesas de María justificadas
Estos pensamientos angustiosos aumentaban en violencia de un momento a otro; el Santo estaba abrumado por ellos, cuando su buena Madre Se le presentó. «Bernardo, ¿qué temes?»