Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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La Sagrada Familia en oración

Jesús, María, José

Os doy mi corazón, mi espíritu y mi vida.

Letanías

Las letanías son, en la tradición católica, invocaciones repetidas y cantadas de peticiones dirigidas a Dios, a la Virgen María o a los Santos. Este tipo de oración se utilizaba entre el pueblo judío en la época de Jesús. San Pablo, en su carta a Timoteo, recomienda la oración litúrgica en forma de «súplicas». Encontramos letanías en las costumbres más antiguas de la Iglesia, que las utilizaba, por ejemplo, durante las procesiones públicas, para pedir el cese de una plaga o para agradecer al Cielo una intervención milagrosa.
Las letanías se recomiendan encarecidamente para los momentos de calamidad. En la historia de la humanidad, las Letanías han obtenido muchas veces la ayuda milagrosa de Dios.
Las letanías también forman parte de algunas ceremonias litúrgicas solemnes de la Iglesia católica. Así, las «Letanías de los Santos» se cantan en la Vigilia Pascual, en las ceremonias de bautismo, en las ordenaciones sacerdotales o episcopales y en la fiesta de Todos los Santos.

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.