Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Septuagésima

Los obreros de la vid

El reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que salió de madrugada a contratar obreros para su viña.

historia0228-Dios cuida del hombre.

Todo cristiano debería meditar a menudo sobre la Encarnación del Hijo de Dios, porque la bondad y la misericordia de Dios se revelan de forma tan vívida en ella.

historia0226-El Rey Codrus.

Repitamos a menudo las hermosas palabras: «Señor Jesús, creo firmemente que eres verdaderamente el Hijo de Dios».

historia0224-Ester ante Asuero.

Esther es una imagen de la Santísima Virgen. Por la desobediencia de Adán todos los hombres están condenados a la muerte y nacen con el pecado original. Sólo María, la Reina del Cielo, es una excepción; por la gracia de Dios, la Santísima Virgen está exenta del pecado original. De ahí la fiesta de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre. Y como la muerte y sus consecuencias son consecuencia del pecado, era justo que María resucitara, como Su divino Hijo, antes de que Su cuerpo se viera afectado por la corrupción del sepulcro. Por eso Su Asunción se celebra el 15 de agosto.

historia0223-El leñador en el cielo.

Nuestros primeros padres perdieron sus privilegios sobrenaturales, así que ya no los tenemos. Además, estaban debilitados en alma y cuerpo: nos transmitieron esta debilidad. Lo que es incomprensible para nosotros es que también heredamos su pecado: es un misterio impenetrable de nuestra fe.

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.