4º domingo después de Epifanía
Los discípulos de Jesús se acercaron a Él y Le despertaron, diciendo: «Señor, sálvanos, que perecemos.» Y Jesús les dijo: «¿Por qué sois tan tímidos, hombres de poca fe?…»
historia0131-Una decisión del Senado romano.
No hay falta tan grande que Dios no esté dispuesto a perdonar al pecador contrito. Porque el peor de los crímenes no puede superar la infinita misericordia de Dios.
historia0130-La luciérnaga y el calendario.
No olvidemos nunca que Dios creó nuestros corazones para amarlo. Por eso, nada en la tierra puede hacerle perfectamente feliz.
historia0129-Pájaros y ovejas.
Los más maravillosos descubrimientos de los hombres no pueden compararse con la más simple criatura de Dios. Además, el hombre, con todas sus orgullosas pretensiones, no crea nada, sólo puede descubrir y explotar.
historia0128-La bellota y la calabaza.
Dios ha ordenado sabiamente todos los seres de la creación: los inmensos cuerpos de las estrellas e incluso los seres infinitamente pequeños.
historia0127-Un viajero al que se le impidió partir hacia América.
A menudo, Dios nos envía pequeñas desgracias para evitarnos otras mayores. Pensemos en esto en nuestra desgracia.
historia0126-Consuelo por la pérdida de un hijo predilecto.
Dios siempre actúa para nuestro mayor bien. Todo lo que hace, lo hace por Su amor.
historia0125-Un ladrón en un huerto.
El recuerdo de la presencia de Dios nos aleja del pecado, nos impide ofenderle y nos evita sus castigos.
historia0124-El rey y el filósofo.
El recuerdo de la presencia de Dios hace que el hombre no tenga miedo.
historia0123-La repentina muerte de un ateo en Baltimore.
En medio del peligro, no hay más ateos.