Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Una historia para cada día...

Niño Jesús, ¡Te amo con todo mi corazón!

¿Y ahora qué?...

Un día, un estudiante, Francesco Spazzara, acudió a San Felipe de Neri (m. 1595) para pedirle ayuda. El Santo se lo concedió y le preguntó qué carrera quería seguir. El joven respondió: «Un abogado. – ¿Y después? – Mi elocuencia me dará dinero. – ¿Y después? – Encontraré una esposa digna y me casaré. – ¿Y después? – Tendré hijos y me harán feliz y orgullosa. – ¿Y después? – Voy a asentar a mis hijos y a ver a mis nietos. – ¿Y después? – Cuando sea viejo, me retiraré y viviré cómodamente. – Y entonces…» El estudiante se puso sombrío y respondió: «¿Entonces? Tendrás que morir. – ¿Y entonces?», respondió el Santo. El joven guardó silencio y se marchó triste y pensativo. La pregunta del Santo nunca dejó de rondar su mente, y se convirtió en un hombre virtuoso y piadoso.

Muchos hombres no piensan en su destino. Y sin embargo… este destino es eterno.

Otras historias...

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.