Para la preservación del Depósito de la Fe.

¡Para que llegue el Reino de Dios!

MAGNIFICAT

La Orden del Magníficat de la Madre de Dios tiene la siguiente finalidad especial la preservación del Depósito de la Fe a través de la educación religiosa en todas sus formas. Dios la ha establecido como «baluarte contra la apostasía casi general» que ha invadido la cristiandad y en particular la Iglesia romana.

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Las historias más bellas...

  • Humildad y sencillez
  • historia0824-Joven salvado de un incendio

    Mi almohada ardía, mi colchón ardía, la madera de la cama a un lado de mi cabeza era un carbón ardiendo; mi pequeña habitación estaba llena de un humo tan espeso que, en cuanto abrí la puerta para pedir ayuda, la casa se llenó de él al instante.

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    historia0825-El ramo de Maria

    Cada noche, cuando la tripulación descansaba, se hacía una visita a la memoria de sus dos Madres. Una oración, una lágrima, consolaba al viajero, y se dormía, mecido por las olas, tan tranquilo como en el pasado en su cuna.

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    historia0828-La medalla de Verdelais.

    Sin embargo, el Sr. S. se había arrojado al agua; hizo vanos esfuerzos por alcanzarla, pero casi pereció. Estaba angustiado y desolado, y pedía ayuda a todas partes, pero nadie se atrevía a arriesgar su vida para salvar la del niño, pues todos lo consideraban perdido si no lo ayudaba Dios.

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    Ver también

    Señal de la Cruz

    En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de la Madre de Dios. Amén.

    Oración preparatoria

    ¡Oh Jesús! Vamos a caminar con Vos por el camino del calvario que fue tan doloroso para Vos. Háganos comprender la grandeza de Vuestros sufrimientos, toque nuestros corazones con tierna compasión al ver Vuestros tormentos, para aumentar en nosotros el arrepentimiento de nuestras faltas y el amor que deseamos tener por Vos.
    Dígnaos aplicarnos a todos los infinitos méritos de Vuestra Pasión, y en memoria de Vuestras penas, tened misericordia de las almas del Purgatorio, especialmente de las más abandonadas.

    Oh Divina María, Vos nos enseñasteis primero a hacer el Vía Crucis, obtenednos la gracia de seguir a Jesús con los sentimientos de Vuestro Corazón mientras Lo acompañabais en el camino del Calvario. Concédenos que podamos llorar con Vos, y que amemos a Vuestro divino Hijo como Vos. Pedimos esto en nombre de Su adorable Corazón. Amén.